Dejando Sydney muy temprano, viajo hacia el norte. Muy al norte de Australia, a la ciudad costeña de Cairns que funciona como base de operaciones.
Desde hace cientos de años, esta fué la base de reabastecimiento para llegar navegando hasta el sur en donde se encuentran las grandes ciudades, luego fué una base de apoyo para la segunda guerra mundial y ahora es el punto de partida para bucear en la Gran Barrera de Arrecifes.
Cairns, La Gran Barrera de Arrecifes y el Kangaroo Explorer
Desde que aprendí a hablar dije que iba a ser biólogo marino, lo seguí diciendo y lo pensé toda la vida. Por alguna extraña razón, un día me encontré estudiando Administración de empresas y para no resignarme encontré la manera de aprender a bucear.
Pasé unos meses en Cozumel, viajé con amigos al Pacífico y por varios años mantuve mi contacto personal con el mar. Pero otra vez, la vida las decisiones personales y el trabajo terminaron por alejarme.
En este reinicio de vida obviamente el buceo tenía que estar presente y en el más grande lugar del mundo para hacerlo: la gran barrera de Australia.
La Gran Barrera de Arrecifes
Este patrimonio de la humanidad según la UNESCO, es el más grande sistema de arrecifes (2900 arrecifes individuales) e islas (900) del mundo. El cual se alarga junto a la costa de Queensland por más de 2500 kilómetros.
Se puede ver desde el espacio y es por supuesto la estructura más grande construída por organismos vivos.
Pues con la compañia Cairns Dive Center me arreglé un viaje en el que se puede vivir en un barco anclado en el arrecife Moore, el cual está no tan lejos y bucear continuamente.
Además pretendo más continuidad en esto, así que decidí certificarme para un curso de especialidades avanzadas y así ponerme bien al día.
Cairns
Antes de salir hacia el mar tocó pernoctar en Cairns, ciudad pequeña, simpática y con buena onda.
No hay mucho aparte de una calle peatonal con bares, un centro comercial, restaurantes y tiendas pero en cambio hay una corredor peatonal precioso frente al mar, con terrazas de madera, zonas para hacer asado, comer fish & chips y hasta una piscina pública preciosa.
Ahí en Cairns el hostal fue perfecto, limpio y bonito como su nombre «Travellers Oasis» lo dice y parte del servicio es que un día a la semana tienen un BBQ muy Australiano al que me inscribí. Ahí pude comer las especialidades locales; canguro, cocodrilo y avestruz. Mhh! OK. Nada fuera de este mundo pero con buen sabor.
Ahí pude conocer a Yevgeniy y a Maayan. Una pareja de Israelís que también andan recorriendo el mundo y me dieron una visión muy joven e interesante de su perspectiva y de su país.
Justo después de la cena, caminé en la noche por la ciudad y un viento fuerte comenzó a mover todo. Y ese viento, 5 días después no ha parado.
Kangaroo Explorer
6am Una camioneta pasa por mi al hostal y se va recogiendo gente por medio pueblo. Nos lleva a un local en donde nos hacen firmar que estamos haciendo esto por orates y que si nos pasa algo, ellos no tienen la culpa.
En 10 minutos estamos de camino al muelle en donde nos suben a un barco y el capitan en la puerta me pregunta: «tomaste pastillas para el mareo?» Obvio le dije no, que soy muy machote y no me mareo. Su respuesta fué que él lleva 25 años haciendo eso y que este viento de 25 nudos nos va a mover más de lo nos imaginamos. OK. 2 pastillas por 4 dólares.
Felizmente me hicieron efecto. De las 25 personas que íbamos ahí fui de los 4 o 5 que no requirieron de la guacabolsa. Otros ni a eso llegaron. Ese barco, dos horas después era una desgracia.
Llegamos al barco grande y rápidamente nos brifearon para comer, cambiarnos, tratar de vendernos videos, guías o renta de cámaras y al agua!
Globalmente hicimos diez inmersiones en dos y medio días. Parte de eso para mi fue hacer algunas prácticas de lo que el instructor me hablaba y enseñaba mientras había tiempo libre.
El mar es fantástico. Lástima que se movía tanto y solo pudimos estar en un solo arrecife. Al final ya lo conocíamos todo.
Pude ver bien cerca algunos tiburones grises de arrecife y muchas tortugas.
No me arrepiento para nada pero cada vez que buceo lejos de Cozumel, hago conciencia de la suerte que tenemos en México de tener, todavía lo creo, el mejor arrecife del mundo para bucear.
Mientras se descansa y se libera nitrógeno se hacen amigos, entonces al final de los 3 días ya teníamos bien organizada una banda con Miguel, otro Mexicano; Camilo y Diego (Ecuatoriano y Colombiano); Frances de UK y un par de Canadienses más una Holandesa y una Suiza. Todos con diferentes edades y casi todos viajando por el mundo tratando de encontrarnos.
El vivir a bordo de un barco con mal clima es extenuante, siempre esta meciéndose mucho, hay sólo 3 minutos de agua caliente al día por persona, hay llamada a las 5 de la mañana para inmersión de 6am y toca ponerse dos trajes de neopreno para no convertirse en paleta helada, especialmente en los buceos nocturnos, que creo que nunca dejan de dar un poco de miedo.
Pero al final tuve la impresión de verdaderamente ponerme al día con los últimos años de haber dejado el mar y mi instructor me evaluó sobresaliente en el curso.
Cansado después de la aventura regresé a Cairns, en donde estoy descansando en espera de que llegue mi primo Bernardo al hostal e iniciar un viaje manejando dos mil ochocientos kilómetros al sur.
Y todos, del lado contrario de la carretera.
Apasionante Gabriel! Mi primer día de vacaciones, ya tengo libro de cabecera para este verano!!! Sigue disfrutando y abriéndonos los ojos a tantas cosas… Un fuerte abrazo.
Que suerte hijo.. Llegaste al PARAISO Lo que siempre anhelaste..
Disfruta que de eso se trata la vida.. Asi como nosotros vemos al Tiger Woods seguro contactarás algún dia al hijo de Jacques Cousteau..
Seguiremos esperando tus entregas en nuestro Paraiso CC.