China la olorosa

Shenzhen; OCT, Splendid China, Dafen

Después de rodearla a través de los archipielagos perimetrales y atrasarlo todo lo posible, finalmente entro a China.
Llego directo del Aeropuerto de Hong Kong en un ferry a la ciudad de Shenzhen.
Más que una ciudad es una sub-provincia y una urbe de 12 millones de personas la cual es más jóven que yo.
En 1979 esto era un pueblo y el gobierno central creó un régimen económico especial para desarrollar la economia aprovechando que esto es vecino inmediato de Hong Kong.
Más de 30 billones de dólares de inversiones después, esto es un emporio económico que cuenta con una Bolsa de Valores, casas matriz de innumerables compañías de electrónica y el puerto más grande de China continental.
Es tal vez la ciudad de más rápido crecimiento del mundo.

Acá fuí recibido de nuevo por Alejandro, mi amigo Colombiano, que junto con Adelaida su pareja, viven acá.
La experiencia en general fué muy interesante, sobre todo porque me integré unos días en la vida de mis anfitriones y pude vivir la ciudad más intimamente.

No sé cómo se imaginan este lugar tan jóven pero piénsenlo como una mezcla de los edificios de Miami, el centro financiero de Hong Kong, las avenidas de Londres, el mejor metro del mundo y las calles de las zonas de miseria de Mexico DF o el sur de Bogotá. Todo esto, con un barniz de cultura e higiene China.

Para nada quiero ser despectivo pero nuestros hábitos Euroamericanos de la asepsia, la pulcritud, la etiqueta en la mesa y el control de necesidades físicas es muy diferente a la cotidianeidad en China. En donde eso no es muy importante.
Entonces, todo el mundo escupe gallos armados con navajas donde quiera pero con una preparación esofágica francamente atronadora. Los niños usan shorts muy amplios, así una firmita a mitad de calle no requiere más que un torsoncito de cadera y dejar fluir el alma y finalmente los gases allá están sobrevalorados; aquí hasta en la fila del starbucks aflojar el cuerpo a la presión intestinal no le quita el sueño a nadie. Ouch!

Splendid China
Pues después de ponerme al día con Alejo y despedir a Adelaida que viajó a casa, salí a descubrir un poco lo que ofrece la ciudad.
Por donde comenzar? En 1980 había menos de 300 mil habitantes y muy poca historia.
Pues el gobierno Chino se ha encargado de construir la ciudad como se debe y entonces en el centro geográfico crearon un gigantezco complejo de turismo el cual tiene un parque de diversiones en el que se puede conocer toda la China.

Splendid China es un Reino Aventura o un Parque Jaime Duque en esteroides anabólicos. Una extensión gigantezca de terreno, lagos, puentes y espacios públicos para que locales y foráneos descubran todas las provincias Chinas, en miniatura. Literalmente.
A través de miniaturas aca se puede ver la muralla, el Tibet, la Ciudad Prohibida y casi cualquier templo.
Hay muchas tiendas de souvenirs y la verdad es que la primera impresión es un poco catastrófica.
Después de caminar a 35 grados una hora, el trenecito nos llevó a mi y a Lina, una amiga Colombiana de Alejandro que iba de paso, al otro extremo del parque y la verdad es que alejado del tumulto ya el lugar tuvo finalmente una mucho mejor pinta. Sirvió casi de preludio cultural al viaje real, mucho más al norte de ahí.

OCT
La verdad es que el ejercicio de planear desde cero una ciudad es una oportunidad única y acá lo hicieron muy bien.
Dentro de los mismos terrenos del parque fué creado un complejo de oficinas, restaurantes, habitaciones y centros comerciales que se llama OCT (Overseas Chinese Town).
Este lugar está realmente bien hecho y vale la pena visitarlo. Es una clara muestra de que China es un país que tiene un motor de crecimiento gigante y sus pretenciones aceptan la cultura occidental guardando la suya.
Diseño europeo, logística americana y hasta restaurantes Mexicanos.

La parte que más me gustó fue OCT LOFT. Una zona de diseño de clase mundial, con numerosas agencias dedicadas a esto rodeadas de galerías y esculturas callejeras. Todo amenizado por restaurantes ultra modernos de todo tipo. Un sandwich en Café Central con una cerveza china terminó muy divertido cuando el mesero Filipino terminó cantando canciones en Español, que obviamente no entendía.

Dafen
En una zona en donde la planeación urbana no llegó a su máxima expresión, más al norte se encuentra un «Barrio de Artistas» el cual fue poblado en los 80 por un grupo de ellos y en el que instalaron sus galerías de arte.
Después la tendencia cambió ligeramente y llegó una versión más ligera de arte: las copias.
Bajando del metro y después de un enorme Wal Mart que tiene a pocos metros un río abierto de aguas negras se llega a una zona ultra comercial en donde se venden cuadros. De todo. Van Gogh, Picasso, Monet y hasta Botero.

No se dejen engañar, estos cuadros están pintados a mano, copias en general muy bien hechas. O eso parece a vuelo de pájaro pero ya después entre los locales se ven a los «artistas» manipulando enormes plotters lo cuales crean sobre los lienzos una marca de agua del cuadro final. El artista sólo sigue la marca y la rellena con oleo o acuarela según sea el gusto del cliente.
Para que no haya falla, hay que tener cerca el ipad para copiar derechito.

La decepción inicial eventualmente cambia (habitual en China) y se convierte en algo interesante al caminar má adentro y descubrir un imponente Museo de Arte Moderno que desgraciadamente estaba siendo renovado pero sobre todo al llegar a la que fue la plaza original en donde sí que hay galerías de artistas Chinos en donde pude ver algunas piezas francamente lindas.
Obviamente el comercio es especialidad local y recibí promesas de entrega en cualquier país del mundo si me llevaba el cuadrote que me gustó tanto.

La llegada a China ha sido tal vez como me fué prevenida; un poco sesgada por los distractores olfativos y los sorbidos de sopa a decenas de decibeles pero comienza a crecer de a poco en mi.

Me encamino, con un boleto beneficio de Air China, a la ciudad del Norte.

Soy el único occidental en un Boeing 777 que lleva 399 Chinos.
Si no se comportan y controlan su sistema digestivo, tal vez aterricemos en la luna.

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2 Respuestas a “China la olorosa

  1. Me hiciste reír tanto con el tema de los olores en China, es catastrófico y al principio te super sacas de onda. Yo que viví en Singapur tuve miles de ocasiones ser testigo de sus malos modales en la mesa, y su falta de tacto para no compartir eructos, escupitajos, flatulencia, bueno de todo. No es NADA, NADA agradable, ¡qué horror!

  2. Jajaja. 3 pequeños comentarios que destacar en esta travesía:
    1. Saludos al sinvergüenza de Alejo sí no es muy tarde.
    2. No me había percatado de lo asquee tos que podemos llegar a ser
    3. Es increíble lo bien que estas escribiendo compadre. Ya me siento leyendo tu primer libro. Jefe
    Un abrazo,
    John

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